domingo, 24 de mayo de 2009

PELPA

Ella lo miró con esos ojos que derretirían hasta el más fuerte de los metales. G no pudo resistirse y le dijo todo lo relacionado con su salida a ese local nocturno, detallando cada cosa que había bebido y consumido. Rocío no podía creerlo. No podía creer que SU G. estuviese metido en tanta cosa.
-Necesitas ver a un psiquiatra, cariño.-dijo muy preocupada.
-Non. Me siento bien así. Déjame tranquilo, mujer.
En ese momento, G. metió su mano dentro del bolsillo de su chaqueta. Después de hurgar un rato, sacó una bolsa plástica con polvo negro. Lo mezcló con un líquido de una botella que sacó de otro bolsillo, formando una pasta de un color difícil de describir. Lo metió a su boca y masticó.
La explosión se escuchó al otro lado de la ciudad.


(no sé qué es lo que escribí, y dudo que usted sepa, sr/a/ita )

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