jueves, 17 de noviembre de 2011

unocincocinco

Me encanta mirarte a tan poca distancia, y descubrir esos ojos café convergiendo frente a los míos...

-Qué te pasa?- me preguntas.
-Acaso tengo que responderte?... Yo creo que lo sabes :)

Tengo entendido que las miradas y las sonrisas transmiten muchas cosas, para el que las quiere entender, claro. Creo que tu mirada se parece mucho a la mía.

De las otras cosas que me encantan de la vida, es juntarnos a comer comida para nenas, y que me ayudes en mis torpes intentos por dominar los palos, el arroz y los gyosa.

Me encantan los sillones.

Me encanta la música que me cantas, mientras compartimos audífonos.

Me encantas tú.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Ella es mi cariñito

Esteban pensaba que la vida era un suplicio, horrible. Había perdido la fe en la humanidad.

Un día escuchó a alguien, a lo lejos.
No, no lo llamaban a él, pero quiso investigar qué es lo que pasaba, de todas formas.

Qué sorpresa se llevó cuando vio que era María, una joven mujer que tenía anhelos para su vida, al igual que él.
Esteban se percató de que, en un momento en que el mundo se detuvo, ambos estaban respirando al mismo tiempo.

Esteban cerró los ojos y pensó para sí mismo: "Si el mundo no cambia para mí, yo cambiaré". Decisiones tomadas. Acciones.

Desde entonces, son cómplices de algo extraño, no verbalizado, pero iniciado telepáticamente, sin alguna denominación en particular, pero evidente para el mundo.

Caminaban por una larga avenida, cuando Esteban dijo a María: -Hey, siéntate unos minutos!.
Ambos se sentaron en una especie de banca, mientras la gente y los automóviles pasaban frente a ellos.
Extrajo un extraño instrumento desde un bolso, movió un par de piezas del instrumento, aclaró su garganta, y comenzó: