lunes, 14 de noviembre de 2011

Ella es mi cariñito

Esteban pensaba que la vida era un suplicio, horrible. Había perdido la fe en la humanidad.

Un día escuchó a alguien, a lo lejos.
No, no lo llamaban a él, pero quiso investigar qué es lo que pasaba, de todas formas.

Qué sorpresa se llevó cuando vio que era María, una joven mujer que tenía anhelos para su vida, al igual que él.
Esteban se percató de que, en un momento en que el mundo se detuvo, ambos estaban respirando al mismo tiempo.

Esteban cerró los ojos y pensó para sí mismo: "Si el mundo no cambia para mí, yo cambiaré". Decisiones tomadas. Acciones.

Desde entonces, son cómplices de algo extraño, no verbalizado, pero iniciado telepáticamente, sin alguna denominación en particular, pero evidente para el mundo.

Caminaban por una larga avenida, cuando Esteban dijo a María: -Hey, siéntate unos minutos!.
Ambos se sentaron en una especie de banca, mientras la gente y los automóviles pasaban frente a ellos.
Extrajo un extraño instrumento desde un bolso, movió un par de piezas del instrumento, aclaró su garganta, y comenzó:

1 comentarios. Click aquí para dejar algo!:

Anónimo dijo...

QUE LINDOO!!