jueves, 18 de marzo de 2010

107 y las secuelas

Con el viento a sus espaldas, recorren la ciudad,
hablando sobre la histeria de la gente,
la vida, el humo, la muerte, la edad, el viento, la tierra...

Cada cierto tiempo, dos cigarrillos se encienden,
casi al unísono,
y se consumen a un ritmo similar, y mientras, a ratos,
ambas voces se apagaban,
y daban paso a la sinfonía de la ciudad: autos, pájaros, perros.

Sus pasos son más rápidos.
Ella debe irse.

Siguen caminando, compartiendo unas pocas palabras.
Cruzan innumerables calles,
plazas, edificios derrumbados,
hasta que ella se despide y sigue otro camino.

'Hasta pronto', se dijeron.

Él caminó, mirando la destrucción alrededor,
mientras pensaba en el día
en que vería de nuevo a la joven poeta.

1 comentarios. Click aquí para dejar algo!:

andrea ™ dijo...

como que nunca había notado que me habías dejado un comentario, pero te encontré bicho!